Todo había cambiado en tan poco tiempo. Más de tres años de relación habían logrado mucha confianza entre los dos, pero también habían sido la principal razón del deterioro de la relación. Él estaba conciente que sus ocupaciones y el nuevo trabajo de Claudia hacían cada vez más difíciles y más rutinarios los pocos días que pasaban juntos. Siempre lo mismo, una película en la que Claudia casi nunca decía nada y a veces hacer el amor, siempre lo mismo.
Ese sábado por la tarde, en el que decidió decirle toda la verdad, lo iba a recordar por el resto de su vida, tal vez por ser un día de esos que quieres que nunca hayan sucedido, porque después de un tiempo te arrepientes para siempre.
Claudia llegó a su casa, y el sólo verla hizo que él se anime a soltarle todo lo que llevaba dentro y que ya no podía controlar. Sintió que se mareaba cuando se Claudia se puso a llorar diciéndole que era un maricón de mierda. Nunca le gustó hacerla llorar, pero sabía que todo debía ser muy cortante porque sino se iba a arrepentir.
Demasiadas cosas inconclusas que les quedaban por hacer se terminaron de diluir ese sábado. Otra vez su miedo le hacía esto. Después de esa conversación – nos damos un tiempo – rompimiento, no supo si lo que hizo fue lo correcto…pero al final ya estaba hecho.
Cuándo se enteró que Claudia estaba saliendo con tres hombres (¿para olvidarlo?), entendió que no la había podido olvidar, pero que ya era demasiado tarde para intentar de recuperarla.
Ese día quiso no ser tan maricón, y ese sábado haber podido enfrentar sus miedos para no haber terminado con ella.
Ese sábado por la tarde, en el que decidió decirle toda la verdad, lo iba a recordar por el resto de su vida, tal vez por ser un día de esos que quieres que nunca hayan sucedido, porque después de un tiempo te arrepientes para siempre.
Claudia llegó a su casa, y el sólo verla hizo que él se anime a soltarle todo lo que llevaba dentro y que ya no podía controlar. Sintió que se mareaba cuando se Claudia se puso a llorar diciéndole que era un maricón de mierda. Nunca le gustó hacerla llorar, pero sabía que todo debía ser muy cortante porque sino se iba a arrepentir.
Demasiadas cosas inconclusas que les quedaban por hacer se terminaron de diluir ese sábado. Otra vez su miedo le hacía esto. Después de esa conversación – nos damos un tiempo – rompimiento, no supo si lo que hizo fue lo correcto…pero al final ya estaba hecho.
Cuándo se enteró que Claudia estaba saliendo con tres hombres (¿para olvidarlo?), entendió que no la había podido olvidar, pero que ya era demasiado tarde para intentar de recuperarla.
Ese día quiso no ser tan maricón, y ese sábado haber podido enfrentar sus miedos para no haber terminado con ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario